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La primera obra es un poema realizado junto a la poeta costarricense Queen Nzinga Maxwell, en contra de la violencia de género, específicamente dedicado a las víctimas de abuso sexual.
La segunda obra en una pintura menstrual titulada Opo (abundancia) que refleja la estampa de las mujeres afrodescendientes cubanas, en una suerte de mixtura entre decadencia y magia que salva, la dualidad entre la bruja reina y la mujer en total miseria.
Tercero. Poema (audio) hogar, triste hogar, poema que relata los miedos de una niña víctima de violencia psicológica.
La obra ganadora del concurso “Reflexiones contra las violencias de género: Cuba grita Ni Una Más” es un tríptico compuesto por dos poemas y una pintura. La pintura denominada por su autora como “menstrual” pareciera ser narrada por las obras. Esta desgarradora pintura, nos muestra a una mujer sentada en su hogar, pero su cabeza, no es su cabeza, su cabeza no tiene forma, es apariencia, es una maraña.
Pareciera que se quieren pintorretear sonrisas que no se tienen, un hogar triste, un hogar sin hogar, un hogar vacío. El vacío de la violencia de género, que afecta a las mujeres sin importar su edad, clase social, estudios, o cualquier otro factor. El género predomina sobre cualquier otro factor y hace que las mujeres estén vulnerables, incluso al interior de su hogar.
