“Es complejo explicar las consecuencias de una decisión como el divorcio sin victimizarse. Detesto esa postura como mujer que se sabe “fuerte” pero sí fui víctima de mis miedos: empezar de nuevo, rechazo, la soledad. Pero la peor soledad es la que se vive acompañada.
Iris Mariño es actriz y periodista, pero con su fotografía recorre varios caminos de la vida. Hace política de su divorcio; recoge la cotidianidad de activistas políticos y los humaniza; capta abstracciones en los abandonos que sufre su Camagüey; y da testimonio visual de camagüeyanos ilustres que morirán en el olvido que les ha impuesta la dictadura.
Mariño se define para esta expo que trata sobre todo de la soledad.
“Soy una mujer de 34 que despertó un día y dijo: “Basta!”. Duele reconocer que tu matrimonio de más de una década no funciona. Consecuencias de que una mujer tome la decisión definitiva, infinitas. Se minimiza tu criterio por ser quien toma la decisión final. Es como interpretar un papel al que no tienes derecho. La culpabilidad la sientes como puño cerrado sobre el estómago.
“Es complejo explicar las consecuencias de una decisión como el divorcio sin victimizarse. Detesto esa postura como mujer que se sabe “fuerte” pero sí fui víctima de mis miedos: empezar de nuevo, rechazo, la soledad. Pero la peor soledad es la que se vive acompañada.
El portazo de Nora, para mí también fue el comienzo de una liberación necesaria”.
“Nací por el poder de la palabra libertad y soy una mujer cubana que siempre he vivido aquí, tan en Cuba que no lo puedo negar, estoy sujeta a mi entorno de una manera tal sin poder escapar.
“He tenido altas y bajas como la vida misma… fui alcohólica y pase un periodo enferma de los nervios. Tengo dos hijos
“Hace un tiempo supe por un miembro de una institución cultural de la plástica que un cuadro mío esta en exposición permanente en un museo de Estados Unidos. Así es mi vida, mis cuadros desaparecen, como mismo desaparece mi vida. A lo mejor un día se habla de mí en la plástica. Pero ya no me servirá de nada”.
Testimonio de Caridad Hernández Carlos, artista plástica entrevistada por Iris Mariño
“Es complejo explicar las consecuencias de una decisión como el divorcio sin victimizarse. Detesto esa postura como mujer que se sabe “fuerte” pero sí fui víctima de mis miedos: empezar de nuevo, rechazo, la soledad. Pero la peor soledad es la que se vive acompañada.
Iris Mariño es actriz y periodista, pero con su fotografía recorre varios caminos de la vida. Hace política de su divorcio; recoge la cotidianidad de activistas políticos y los humaniza; capta abstracciones en los abandonos que sufre su Camagüey; y da testimonio visual de camagüeyanos ilustres que morirán en el olvido que les ha impuesta la dictadura.
Mariño se define para esta expo que trata sobre todo de la soledad.
“Soy una mujer de 34 que despertó un día y dijo: “Basta!”. Duele reconocer que tu matrimonio de más de una década no funciona. Consecuencias de que una mujer tome la decisión definitiva, infinitas. Se minimiza tu criterio por ser quien toma la decisión final. Es como interpretar un papel al que no tienes derecho. La culpabilidad la sientes como puño cerrado sobre el estómago.
“Es complejo explicar las consecuencias de una decisión como el divorcio sin victimizarse. Detesto esa postura como mujer que se sabe “fuerte” pero sí fui víctima de mis miedos: empezar de nuevo, rechazo, la soledad. Pero la peor soledad es la que se vive acompañada.
El portazo de Nora, para mí también fue el comienzo de una liberación necesaria”.
“Nací por el poder de la palabra libertad y soy una mujer cubana que siempre he vivido aquí, tan en Cuba que no lo puedo negar, estoy sujeta a mi entorno de una manera tal sin poder escapar.
“He tenido altas y bajas como la vida misma… fui alcohólica y pase un periodo enferma de los nervios. Tengo dos hijos.
“Hace un tiempo supe por un miembro de una institución cultural de la plástica que un cuadro mío esta en exposición permanente en un museo de Estados Unidos. Así es mi vida, mis cuadros desaparecen, como mismo desaparece mi vida. A lo mejor un día se
habla de mí en la plástica. Pero ya no me servirá de nada”.
Testimonio de Caridad Hernández Carlos, artista plástica entrevistada por Iris Mariño
Activistas: Bertha Soler y Angel Moya